La idea es simple: poder generar un espacio donde ver películas con un criterio artístico y cinematográfico además del disfrute del cine como el mejor entretenimiento. A esto se le suma la posibilidad de accionar sobre la realidad actuando como un cine club comprometido con su tiempo y espacio y amplia sus actividades a sectores barriales, asociaciones civiles, etc.
sábado, 7 de agosto de 2010
Locación: La mente (Por Kenneth Miller)
A aquél que no esté entrenado en términos de producción cinematográfica le comento que Locación se llama al lugar (geográfico) en dónde se va a filmar una película.
En términos de historias, guiones y argumentos los cineastas del siglo 21 parecen haber elegido adentrarse en la mente de sus personajes como lugar (físico) desde donde contar sus películas. Navegar la subjetividad de un personaje –interiormente, sí es que se puede decir tal cosa- ofrece una ilimitada cantidad de recursos narrativos y visuales que implementados en una historia no necesitan ser razonablemente explicados. Por lo tanto si yo quiero que en una escena aparezca un tren a toda velocidad en medio de una avenida no necesitaría explicar que el tren se descarriló debido a un accidente o atentado. La imaginación es arbitraria y sí un personaje piensa que un tren puede atravesar la calle que tiene en frente eso es todo lo que el espectador necesita saber, total: la mente quiere lo que la mente quiere.
Son ya varios los títulos, grandes títulos, que construyen sus historias desde los recodos de la mente. Repasemos: “Being John Malkovich” (Charlie Kaufman, 1999); “Matrix” (Los hermanos Wachowski, 1999, aunque desde otro lugar diría yo); “Memento” (Christopher Nolan, 2000); “Mullholland Drive” (David Lynch, 2001); “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos” (Charlie Kaufman, 2004), ésta última, a mí gusto, obra cumbre con este tipo de base argumental. Recuerdo mi asombro en la escena de “Being John Malkovich” que Cameron Díaz persigue a Catherine Keener a través de los diferentes recuerdos de Malkovich, la persecución se produce “dentro” del cerebro del célebre actor; las ilusiones visuales de Matrix sólo podían ser posibles en la corteza cerebral de Neo, Morfeo y cia.; “Memento” tenía sustrato en la realidad pero los móviles y acciones de Leonard parten desde un lugar profundo de su cabeza o de su mente o de su personalidad: recuerdan las escenas en blanco y negro, ése es el Leonard interno construyéndole la realidad al externo; David Lynch contó un sueño primero y la realidad que le había dado origen después (en la misma película), luego, para entender la segunda parte había que rastrear las huellas que plantó en la primera; finalmente llegó “Eterno resplandor…” punta del iceberg, maravillosa historia de amor…vean la película. Quienes ya lo hicieron: ¡qué más puedo decir!
Se podría agregar algún que otro título pero este podría ser, más o menos, el campo allanado hasta INCEPTION. Aunque cien años de existencia de la psicología y el crecimiento del Budismo (la más psicológica de las religiones) en occidente también deben haber hecho lo suyo. El resultado es cineastas adentrándose a la arquitectura del pensamiento, la acción no es acción por si misma viene desde un lugar sobre el que estos directores están prestos a colocar una cámara.
Aprovechando los antecedentes Christopher Nolan se toma el tiempo (hace bien) para llegar hasta la última de las capas del sueño y plantar una idea, no original, no innovadora: el resultado es exquisito. El poderío visual de Nolan (desde The prestige hasta aquí) impresiona, el collage de imaginación con precisiones pseudo técnico-científicas también. Entre tantas complejidades el resultado es, también, una película de acción…como que se le fue la mano ¿no?
Sí se le va la mano, tira la piña en una buena dirección. Hay otro aspecto importante que complementa la construcción visual, algo que a veces no es muy advertido recordándome la actitud de varios (muchos) buenos músicos que se concentran en la melodía pero no tanto en la letra de las canciones o los que firman un gran contrato sin leer la letra chiquita, me refiero a los diálogos. Son precisos, interesantes, circunspectos, atractivos…justo cuando uno creía que lo circunspecto no podía ser atractivo, pero son totalmente adecuados al tono, la trama y los personajes de la película, parecen develar un gran lector de historietas y revistas “Muy interesante” (léase, un nerd completo), y esto es cimiento para lo que luego se va a desarrollar en imágenes. Sí los comentarios y diálogos se vuelven interesantes mucho más cuando el cuadro creado se ajusta a lo expresado.
El nuevo siglo reclama un nuevo lugar y parte del cine se interioriza hasta el lugar mismo donde nacen las ideas, se cuece la imaginación y reposa el disparate. ¿No es un buen lugar donde poner una cámara?
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