miércoles, 21 de septiembre de 2011

Volver al primer amor (Por Marcelo Argañaraz)

¿Qué es lo que una película debe tener para convertirse en parte de la memoria histórica de una generación? La respuesta más obvia es una combinación entre espacio y tiempo, pero esa es una fórmula del éxito para casi todas las cosas. Incluso para el amor.

En el caso de “Melody” (1971), esta combinación se repitió a lo largo de la década del 70, en miles de lugares en el mundo. También en Santiago del Estero.

Para mi generación, la que en la infancia teníamos un solo canal de televisión, las películas que pasaban en Canal 7 se convirtieron en nudos compartidos de nuestras historias personales. Fue en esa pantalla chica en que vimos como Melody Perkins (Tracy Hyde) se convertía en nuestro primer amor platónico. Como le pasó a miles de personas en el mundo entero. El tiempo la fue relegando en ese cajón de películas menores tras el advenimiento del cine de autor a fines de esa década y comienzos de los ochenta.

Después de la llegada de internet a la vida de todos, la melancolía sobre ese tiempo pudo finalmente saciarse y actualmente ya se consigue una versión digital de esta joya escrita por Alan Parker, director de películas como “Fama” o “Expreso de Medianoche”.

Reverla en estos tiempos es un reencuentro con muchas cosas más que simple fin de iniciación al cine. Es retomar el contacto con un mundo en el que la inocencia era posible, no solo en los más niños. Y también sirve como un nuevo lazo entre quienes eran chicos en los setenta y hoy son padres o hasta abuelos de una generación completamente diferente.

Volver a ver a ese amor angelical de Daniel Latimer encarnado por Mark Lester, redescubrir el talento actoral de un infantil Jack Wild como el rebelde Ornshaw, pero sobre todo la sonrisa de Melody en el rostro de Tracy Hyde, todo eso conforman un viaje en el tiempo del que, probablemente, no queramos regresar.

Porqué ver “Melody”

En esa escena, Daniel Latimer y Melody Perkins, los dos adolescentes que pretenden casarse y ser felices para siempre, pasean por el cementerio.

—Mirá esa lápida —dice Daniel—. “Aquí descansa mi amada y hermosa Ella Jane. Esposa y amiga de toda la vida. Gracias por cincuenta años de felicidad. 7 de julio de 1893”.

—“Henry James McDevott. 11 de septiembre de 1893” —agrega Melody—. No duró mucho después de que ella murió.

—Debió amarla mucho.

—Cincuenta años de felicidad. ¿Cuánto es cincuenta años?

—Ciento cincuenta cuatrimestres, sin incluir las vacaciones.

— ¿Me amarás tanto tiempo?

Daniel asiente con un balbuceo.

—No creo que lo hagas —le reprocha Melody.

—Claro. Ya te amé una semana entera, ¿no?

(Gran Bretaña-1971), de Waris Hussein, c/Tracy Hyde, Jack Wild, Mark Lester, Sheila Steafel, Kate Williams, Roy Kinnear. 107' minutos.

Conocida en el Reino Unido como S.W.A.L.K. ("Sealed With A Loving Kiss" o "sellado con un beso amoroso", inscripción que los niños solían escribir en las cartas de amor), Melody se transformó en un éxito absolutamente sorpresivo en varios países, entre ellos Argentina, donde no sólo se mantuvo un buen tiempo en cartel y disfrutó de varias reposiciones, sino que trascendió por su banda sonora. Esta fábula de amor preadolescente, escrita por Alan Parker, en la que dos niños deciden casarse pese a las opiniones contrarias de los adultos, funcionó como identificador instantáneo para un público ávido de películas sinceras, elevándose como objeto de culto de manera instantánea. En un mundo un poco más justo, Melody debería ser material de estudio.